23 ene 2011

Argumentación sobre un escudero


En la novela El Lazarillo de Tormes, se muestra en el tratado tercero la figura de un escudero, con quien Lázaro se asienta permitiéndole observar de cerca su comportamiento. El escudero ha sido duramente criticado con el tiempo, alegándose más defectos que virtudes en su persona.
   Mas, contrariamente a la realidad de la sociedad medieval, los escuderos (tomando como más conocida referencia el anteriormente mencionado) se revelaron como uno de los escasos personajes de esta época con ciertos valores morales honestos. Muchos han criticado y rebatido este argumento, quejándose de la gran pobreza que aun así debieron sufrir en pos de la imagen pública, pero antes que servir a un rico y poderoso noble muchas personas escogerían ponerse al servicio de cualquier arruinado escudero con tal de no sufrir el despótico trato de alguno de aquellos, al margen de pago alguno.
   Además, durante el tiempo que el escudero y amo de Lázaro estuvo con él, no dudó en compartir todo cuanto podía adquirir para llevarse a la boca, esperando, por otra parte, igual retribución. Hasta en el momento en el que la ruina fue total, el escudero no olvidó jamás sus obligaciones para con su siervo. Leal hasta el final, decidió marcharse si Lázaro, demostrando cómo cualquiera en su misma situación debe buscar un futuro mejor pasando penurias en solitario, sin arrastrar a nadie con más opciones que él para labrarse una cómoda y feliz vida.
   "Más da el duro que el desnudo", reflexionan los detractores. Gran verdad, según el prisma desde el cual sea contemplada. Si bien es cierto que las malas personas con dinero pueden ofrecer buen pago, la conciencia de quien ayude a destrozar las vidas de otros iguales nunca permanecerá limpia. Y en tal caso, si para alcanzar estabilidad económica es necesario abandonar todos los principios éticos (generalmente) inculcados en la infancia, se fomenta un individualismo creciente en un sistema de vida que teóricamente se basa en la socializacion. Sorprendentemente, el ser humano nunca se ha preocupado de ayudar a quienes no sean sus más cercanos, olvidando las ventajas del mutuo beneficio, necesitando sentirse siempre más poderoso que el resto.
   En conclusión, el escudero no merece tan mal trato ni imagen, pues se mantuvo en una moralidad más o menos elevada sin preocuparse de sus ingresos. Si algún ejemplo de buena conciencia puede salir de la estamental sociedad de antaño, ése es el escudero. Comprendo la postura contraria de algunos, mas ellos no son sino lo que resultó del modo de vida egoísta de aquellos individualistas sin valores. Quizá sea mi idealismo sin remedio, pero opino que sería mejor para todos vivir compartiendo con conciencia limpia, tal y como hizo el escudero.

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